Hay algo con las cryptomovidas, quitando picos locos del Bitcoin, siempre llegan a las noticias con la catástrofe asociadas a ellas.
No es que no sea obvio que el principal atractivo de las cryptomonedas es su buen maridaje con la evasión fiscal y el blanqueamiento de capitales, siendo el epítome de esto cuando intentaron fusionar las crypto con el otro actor clásico en la ingeniería financiera: el mercado del arte, en los ya casi olvidados NFTs.
Sin embargo, y pese a lo que digan los conspiranoicos anarcoliberales, el principal obstáculo para las crypto es que son energética y técnicamente muchísimo más ineficientes que el dinero FIAT. Para sustentar en la blockchain las transacciones que se hacen en el mundo durante un día haría falta duplicar la producción energética mundial, kilolitros de agua para refrigerar los servidores y, probablemente agotaríamos las reservas mundiales de cobre y otros materiales preciosos en el proceso. Puede que en el futuro lo sea, es más, casi seguro que lo será, pero hoy en día, sencillamente, no es viable.
Las memecoins son un pasito más en esta carrera distópica que de momento ha recorrido Bitcoin-NFT-Stable Coins-FTX-Metaverso. Dejando centenares de cadáveres, la mayoría figurados, pero algún suicidio ha habido; así como millones de dólares en un limbo extraño (que en realidad es el bolsillo de alguien). Un grito de auxilio de un capitalismo moribundo, compartido por una generación, énfasis en el hemisferio masculino, que vive un infierno existencial y con prospecciones funestas en todo ámbito: Son más tontos, son más vagos, follan menos, sufren más, en un planeta a punto de arder y en un sistema que no es capaz de hacerle ninguna promesa, y que aunque la hiciera, ya saben que no se cumpliría.

Esto no pasó en la anterior crisis económica porque de aquella la gente no era ni la mitad de digital que ahora, porque en 2011 no había Netflix (en España) y ahora ni mola. Ahora hay influencers que muestran un camino rápido y fácil hacia vivir "mejor", de Rafa Mora a Llados, es parecido, pero (el munipa) Rafa Mora no te pedía dinero, ni te lo prometía. No obstante, igual que con el culturismo, el verdadero riesgo de esa profesión se ve en sus jubilados, no en los que están en activo.
Los influencers, en su mayoría, se romperán tarde o temprano, unos conseguirán llevar una vida normal, otros crearán imperios que explotarán a gente como ellos, otros difuminarán los límites de la auto exposición. Bueno, hablo en pasado, pero esto ya ha pasado y está pasando, Onlyfans ha ayudado mucho en el último caso.
¿Y a qué viene esto? Pues que igual que Milei y $LIBRA, muchos creadores e influencers han ejecutado la estafita de la memecoin. Desde la muy popular Hawk Tuah Girl y su $HAWK, a creadores en horas (muy) bajas como boogie2988. En todos los casos el mismo Pump and Dump, es casi un impuesto al fan acérrimo, pero con la (mínima) posibilidad de hacerte rico. Aquí la ventaja de que la cryptomorralla sea un producto financiero no regulado juega en favor de los influencers.

Por supuesto, como buen producto financiero, está sustentado en una red de gente con pasta y medios tecnológicos para ser los únicos que, junto a los perpetradores de la estafa, puedan llegar a ver algo de dinero.
Pero ahondemos un poco más en el tema de las memecoins. Son cryptomonedas (esencialmente) como el Bitcoin o el Ethereum, simplemente se hacen por los loles, o mejor dicho, sin proponer nada tecnológicamente nuevo o un propósito con impacto real. Bitcoin y Ethereum tienen un objetivo de escala global, la $MELANIA, no tanto. Y se han popularizado en una parte de la mitad masculina de la Gen Z, y probablemente popularizada por Elon Musk con DOGE, y que como buen Sr_Burns_con_gorro_de_Jimbo.jpg, está desesperado por conectar con los chavales, teniendo más éxito de lo que sería deseable desde una perspectiva no basada en la Ketamina.
Hay varias plataformas que permiten, fácilmente, crear tu memecoin y rezarle a los diositos del internet que tu moneda valga algo, una vez que suficiente gente ha picado o invertido, y se completa la curva de vinculación (palabrejas crypto, no me preguntéis), tu moneda ya vale 100.000 dolarines . Tirar una moneda a la tragaperras y ver si convences a mucha gente para meter sus monedas en la misma máquina. Podría hacer una memecoin solo para mostraros que son 4 clics, pero no quisiera contribuir en nada a esto.
Por motivos evidentes, estas plataformas limitan las estratagemas básicas de los Pump and Dump, ya que viven de las comisiones. Es decir, Milei no ha recurrido a la misma plataforma que Jimmy de 16 años en South Dakota, si no a una empresa profesional dedicada a montar memecoins, la misma que ayudó a montar $MELANIA, así como, seguramente, la de Trump, pero el mecanismo es esencialmente igual para Jimmy que para el Presidente de la nación, salvo que estos partían con más ventaja. La meritocracia, supongo.
Estas plataformas me fascinan desde el punto de vista cyberpunk, ya que en una de ellas, "pump.fun", durante un tiempo se le permitió a los usuarios hacer un streaming en video de los lanzamientos de sus memecoins, con cámara. Parecía que era para sacar esos momentos de éxito, un journey con el afortunado, pero rápidamente se convirtió en amenazas de suicidio, abuso infantil, esvásticas y, en definitiva, lo mejor. Y joder que me aspen si grabarte medio desnudo y con un pasamontañas en un jaula para que tu moneda digital suba y poder sacar el dinero suficiente para pagarte el alquiler, el DoorDash y 4 suscripciones de Onlyfans unos meses más, no es la mierda más cyberpunk que te puedes echar a la cara.

Un inversor experimentado no entra en memecoins, pero aunque lo hiciese, no habría comprado $LIBRA, ya que tal y como se había configurado, era evidente su propósito. Sin embargo, en un entorno de usuarios casuales sin conocimientos financieros que no vengan de Tiktoks y videos de Youtube vistos a 2x, que viven de los piquitos del bitcoin, DOGE y las apuestas deportivas; ve al presidente de Argentina, que es coleguita de my gemini twin Donald P. Trump y Elon Dark Maga Musk, pues le deja sus dineros. ¿Se merecen caer en la estafa? Sí, pero en realidad el sufrimiento causado es real.
Se vienen tiempos jodidos, considerar a los chavalicos de extrema derecha que viven esperando el pelotazo para intentar conseguir ser felices, como cualquier cosa que no sea víctimas me resulta cruel y poco productivo para la sociedad, por muy subnormales que sean, que lo son.